Iglesia- comunidad cómo la estamos viviendo? 27/ 6 /20

Iglesia- comunidad cómo la estamos viviendo?   27/ 6 /20

Definitivamente nuestro destino es comunitario como aquellas pequeñas primeras comunidades cristianas que nos habla la Escritura, donde se compartía y todo era de todos. Con el caminar, comienza a querer  introducirse el querer organizarlas de acuerdo al pensamiento humano, dejando por fuera la esencia que es Jesús, eso es lo que ocurre cuando la oración no es constante y bien dirigida, provocando que se tenga que imponer criterios propios y no un discernimiento.

¨A este respecto, de Lubac ha podido demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria. La misma Carta a los Hebreos habla de una « ciudad » (cf. 11,10.16; 12,22; 13,14) y, por tanto, de una salvación comunitaria.¨(SPE SALVI 14)

El egoísmo nos hace ser seres de primera persona, el yo en todo el ámbito posible, ese pensamiento es alejarnos del testimonio de Jesús, llevándonos a creer en que nosotros ya estamos salvados, pero la realidad del mensaje que Jesús quiere que vivamos, es que nunca vamos a ser felices si todos no llegamos como hermanos a la plenitud con Dios.

¨Después cita el Salmo 144 [143],15: « Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor ». Y continúa: « Para que podamos formar parte de este pueblo y llegar [...] a vivir con Dios eternamente, ‘‘el precepto tiene por objeto el amor, que brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera'' (1 Tm 1,5) »[11]. Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un « pueblo » y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este « nosotros ». Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrados en el propio « yo », porque sólo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios.¨(SPE SALVI 14)




Vivimos este dualismo en la Iglesia?

Tengo dominio propio ante la tentación del yo?

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