Que decirle a un hermano o hermana que el médico le ha dado un año de vida?

Que decirle a un hermano o hermana que el médico le ha dado un año de vida?

 

Iniciaría profundizando en mi interior sobre el tema, y me cuestionaría:

Será  para mí una tristeza, desesperación, temor, angustia, miedo, desesperación? Talvez por la formación que recibí sobre el tema de la muerte, de que la vida es lo más importante y no se quiere perder  por el sentimiento de apego a las cosas, y se piensa  que en la muerte todo se termina, o he aprendido a valorar en  mi camino de conversión,  que en Jesucristo ¨yo vivo para vivir¨, que en realidad perder la vida es perder la relación con Dios y la muerte   es perder esa relación. También tendría empatía con este hermano o hermana, para comprender un poco de su momento,  alentándola  de que la vida es un caminar hacia una maduración de fe, de que debemos tener  esperanza porque ¨Cristo Resucitó¨. Esperar que el Señor haga su santa voluntad en nosotros, y confiando firmemente en su Palabra.


Comentarios

  1. ¡Qué difícil ese momento en que hacemos conciencia de nuestra fragilidad en este mundo, aunque creamos en la vida eterna!. Claro, aclararnos sobre el concepto correcto de vida y muerte nos pone en perspectiva, pero lo primero es lo que decís de comprender su momento,acompañar a la persona en su dolor, dejarlo hablar, escucharlo. Habrán opciones posteriores para comentar sobre el amor de Dios, mientras se apoya a la persona con acciones concretas de la vida diaria , su tratamiento, adecuaciones en el hogar, traslados, etc.

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  2. Ante una situación como esa es difícil encontrar las palabras adecuadas. Las palabras que digamos podrían generar en la persona que nos escucha un efecto contrario al que queremos manifestar.
    De igual manera comparto que la empatía y el acompañamiento para un hermano(a) ante esta situación es muy importante.
    En la página de la Sociedad Americana contra el Cáncer, hay unos consejos que pueden servir de guía para una situación como la que comentamos. No necesariamente son esos consejos lo que ha de hacerse, pero nos dan una idea al respecto. A continuación las recomendaciones:
    Deje que la persona tome la iniciativa. Si quiere hablar, escuche atentamente. Escuche lo que se dice y cómo se dice.
    Procure sentirse bien durante los silencios en la conversación. El silencio puede ayudar a la persona a enfocar sus pensamientos. Hablar porque se está nervioso es irritante. A veces el silencio conforta y permite expresar mejor lo que está pensando y sintiendo.
    Trate de mantener contacto visual. Esto da la sensación que está escuchándole con atención.
    Las miradas, caricias y sonrisas logran vencer las barreras ante la persona que usted conoce y estima.
    No diga: “Sé cómo te sientes”. La persona puede tornarse irritada porque usted realmente no sabe cómo se siente.
    No siempre se quiere pensar o hablar al respecto. El reír y hablar acerca de otras cosas son a menudo distracciones bien recibidas.
    Si empieza a tener dificultad en contener sus lágrimas, explíqueselo. Sea breve en su explicación. Manténgase alejado por un tiempo hasta que pueda estar cerca de nuevo.
    Motive a los amigos a visitarlo(a). Si no pueden, anímelos a escribir cartas, mensajes electrónicos, o llamar a la persona por teléfono.
    Continúe visitándolo(a). Manténganse en comunicación.
    Y sobre todo, sea usted mismo. Deje que sus palabras y actos salgan del corazón. Su compasión y preocupación sincera son las cosas más importantes que usted le puede transmitir en ese momento.


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